Poco a poco, y moviéndonos en este
límite, vamos a intentar retomar el tema de la energía, del que ya en la
actualidad, se ha escrito cuantiosos artículos, libros y se ha impartido
infinidad de charlas y conferencias, dentro del campo del conocimiento
científico y bajo distintas materias, pero desde una perspectiva singular y
propia de cada disciplina. Sin embargo, en esta ocasión, lo hacemos bajo el epígrafe de la
“perspectiva energética”; es decir, desde una perspectiva global u holística y
dentro del saber empírico. Estamos, en la actualidad, ante una nueva manera
para conocer y tratar al Ser Humano. De nueva solo tiene el nombre, pues ya era
conocida bajo otras denominaciones por las diferentes culturas, aplicándose de
una manera global; pues, no solo, se contempla al ser humano¸ sino también su
vida, la forma como vive, sus relaciones personales, laborales y el medio en que
se adapta y se desarrolla, tanto físico -Universo o Cosmos-, como social.
Para poderlo hacer, es
necesario ir sacando a la luz todo lo que de alguna manera y por algunas
razones inexplicable, estaba oculto, en la sombra, como si de algo misterioso
se tratase y por eso se ha dejado a un lado, en el olvido como si no tuviese
importancia. Por ese motivo, debemos comenzar ir despejando dudas, sobre todo,
cuando nos referimos a como el ser humano, en su vivir diario, deja de estar en
salud, para estar en enfermedad.
Llegando a este punto, cabe hacernos unas preguntas:
¿Conoces que es la Enfermedad?, ¿Sabes
que es la Salud?, ¿Sabes cómo enfermamos?, ¿Tienes idea de que tu eres el
primero que tiene que ocuparse de tu salud? ¿Sabes que tu salud depende del
nivel de tu energía? ¡No!, es lo primero que oigo. ... Si no puedes contestar
adecuadamente a estas sencillas preguntas, lo mejor es que comiences a
reconocer que en tema de salud/enfermedad no tienes la información adecuada.
Por ello, te pido que me permitas darte a conocer lo siguiente:
· El
ser humano como organismo vivo, para poder llevar a cabo las funciones que le
son propias por naturaleza, tanto físicas -actividad, trabajo, desarrollo-,
como mentales - emocionarse, amar,
aprender, pensar, recordar, olvidar, etc.- necesita energía. Por ello,
cabe decir que no está solo formado por materia orgánica – recordemos que la
materia es energía con forma- el cuerpo, también tiene otra parte no material o
sin forma, la mente- pero además tiene que poseer la energía en el nivel
necesario –nivel óptimo- para que ambas abstracciones funcionen y se relacionen
en equilibrio, armonía y puedan, bajo el control del propio sujeto, llevar a efecto su proyección
a nivel global u holístico con objeto de relacionarse y adaptarse con su
entorno.
· Es
la propia ciencia la que nos muestra que la energía es lo fundamental para
vida; es decir, no existe vida sin energía. Más aún nos sigue indicando que la
energía: no desaparece; solo se transforma; se manifiesta en diversidad de
formas; se la conoce por los efectos que produce; está presente en cualquier
proceso tanto externo – entorno físico-, como interno orgánico y mental. Según
el proceso a realizar se encontrará a un nivel determinado.
· Así, con ese nivel de
energía lo que le aporta, además, que se pueda manifestar para relacionarse con
su medio, con los demás seres y que su estado sea de salud. Entonces es cuando,
ese nivel óptimo de energía se identifica como “energía vital”. Por el
contrario, si su nivel de su energía es inferior, la energía no tiene ese
matiz, pues solo tiene la capacidad de mantenerle vivo, por tanto, su estado
será de enfermedad. Cuando, el nivel de
energía es superior, su estado es radiante, se encuentra repleto de energía,
con una “salud radiante”
Parece, que el nivel de energía en que
nos encontramos refleja nuestro estado de salud o enfermedad y la capacidad
para proyectarnos y adaptarnos. De alguna
manera, estamos viendo que, tenemos que utilizar la perspectiva energética si
queremos hacer un análisis más completo, global u holístico del propio ser
humano, de su medio y de su adaptación.
Desde luego, lo hacemos desde el origen mismo de las cosas, es; es decir, desde
el principio esencial de la propia naturaleza, la energía.
Aunque, algunos sigan manifestando que
parece algo fantástico, mágico o extraordinario, creo que, si lo es, la culpa
la tiene la propia energía que, según el conocimiento aportado por la ciencia,
se la describe, refleja tener, ese matiz. Es la energía, no cabe duda, aunque
parezca componente de una historia mágica, lo fundamental para poder
contemplar, analizar y estudiar al ser humano, sus procesos funcionales
orgánicos, mentales y adaptativo; como asimismo, su proceso de salud o de
enfermedad y, por tanto, mejora y/o curación.
Si la Personalidad es la proyección de
la Persona, del Ser Humano, lo es también de su energía. De esta manera y desde
esta proyección, es posible llegar a conocer su equilibrio energético y por
ende poder establecer, desde la perspectiva energética, la forma más natural de
poderle ofrecer la ayuda oportuna para prevenir y/o mejorar de la enfermedad.
Para poderlo llevar a efecto, tenemos que efectuar la manera de establecer el
contacto; bien a nivel físico – con las técnicas de reflexiología y masajes- y
a nivel mental – con la relajación bioenergética-. En ambos supuestos estamos
haciendo referencia a formas de terapia que
combina el trabajo energético con el cuerpo y con la mente, para ayudar a la
gente a resolver sus problemas emocionales, y así comprender mejor su potencial
para mejorar, alcanzar el placer y el gozo de vivir.
Para terminar y como consejo si
alguien está siguiendo algún tratamiento médico, que tenga presente que dichas
técnicas, sirven de ayuda a dicho tratamiento, pero no le sustituyen.
Próximamente se impartirá, como ya se
realizo el año pasado, una charla informativa ¿Sabes que tu salud depende del
nivel de tu energía? Con el contenido de los diversos aspectos que abarca el
tema tratado en este artículo. Para mayor información contactar con www.cesale.es