domingo, 15 de diciembre de 2019

LA NAVIDAD Y SU MAGIA


    En un acto celebrado el día 3 de este mes de diciembre, coincidí con unos amigos y uno de ellos, buen amigo mío me pidió volviese a repetir de nuevo la publicación que escribí en 2015 sobre: "la Navidad y su magia, que recuerda con gran cariño y que, me dice, debería estar más actual que nunca, en estos momentos que vivimos.  

    Espero que le guste al igual que al lector que la lea ahora, así, podré tener ésta Navidad más amigos.

    Comienzo:
   Ya es Navidad. Hay luces de colores por las calles, suenan los villancicos, se anuncia  el belén, los turrones, los polvorones, los juguetes, la llegada de los Reyes Magos, de Papa Nöel... y brindar por el nuevo año. ¿Volvemos a soñar y  a creer en la Navidad como un “sueño mágico”?.
  De verdad, podemos preguntarnos la ¿Navidad es un sueño mágico?. En algunos aspectos lo parece. Lo parece en el sueño mágico del niño que espera un juguete de “Reyes Magos”, de “Papa Nöel”. Sueño de los padres que esperan la visita del hijo que viene de lejos, para verles en estas fechas. Para el escolar que espera un premio por sus esfuerzos. Sueño es la magia del amor o de la amistad que impulsan a sentirnos más unidos al festejar la Navidad. 
  Sueño es el amor que se pone al mirar, aunque sea de lejos, al ser amado…. Sueño es dedicación entrega de los padres, abuelos, para atender a sus hijos y nietos… también lo son, por ejemplo, las velas de aniversario, el primer sueldo, las llaves del primer piso, el nacimiento de nuestro hijo, un viaje inolvidable, el beso y el abrazo del reencuentro con el ser amado, hallar sentido a la soledad, al desamor, a la ausencia, al desapego, encontrarse uno a si mismo, la salud para el enfermo y la energía como remedio. Sin embargo, para algunos la Navidad, no tiene ese matiz de “sueño mágico”, se reduce solo a la vivencia emocional de ese momento.
   La Navidad es, por tanto, un sueño mágico, hecho ilusión y esperanza de vivir unos días inolvidables. Si la esperanza es lo último que se pierde, lo mismo ocurre con la magia, que viste la creencia en los sueños que, si desapareciesen, en cada uno de nosotros se acabaría la alegría, ilusión y las ganas de vivirla.
  He de indicar, que siempre he  estado aferrado a la esperanza y a mis sueños y puedo decir que la mayoría de ellos los he podido hacer realidad. ¡Cómo cuesta llegar a sentir que los ideales soñados se van cumpliendo! Cuesta, sencillamente, porque dependen de nosotros, de nuestro trabajo, de nuestra fuerza, de nuestra energía, pero sobre todo del amor que ponemos. ¡Es cierto! ¿verdad ?. Y, a pesar de ello, no dejamos de soñar  y cultivar, en lo profundo de nuestras mentes, esas ilusiones, esas metas que con la magia, algún día se harán realidad. 
   ¡Pon a volar tu imaginación, sueña en esta Navidad! Al soñar comprenderás el potencial que hay en ti y lo que puedes hacer, ¡Claro!, si quieres hacerlo. No olvides que los sueños nos han acompañado y acompañaran siempre durante toda nuestra vida, -sueños tuvimos de pequeños, sueños de juventud, sueños de pareja, con el trabajo, con superar los exámenes, con conseguir el éxito, con llegar a mayor-. ¿Será que en la vida todo son sueños y que los sueños nos hacen vivir de nuevo?. “Los sueños, sueños son” como decía Calderón de la Barca, clásico de la Literatura Española, en su libro “La vida es sueño”.
   Tu mente es esa mágica lámpara que convierte en realidad los deseos. ¡Enciéndela! y… ¡Pon a volar tus sueños! en esta Navidad.
   Un año más se acercan las fiestas. Tanto los niños como los abuelos, padres y adultos se adentran en un mundo lleno de ilusión y fantasía. Pensemos de nuevo con las luces de las calles, de los escaparates de los grandes almacenes, la Cabalga de Reyes, la foto con el Rey Mago, o con Papa Nöel o el estar de vacaciones, recibir regalos, etc. Parece ser todo muy positivo, pero muy material y dejando a un lado lo espiritual, como si no tuviese valor, como si todo aquello que representa -el cariño, el aprecio, el deseo, la esperanza, el buen entendimiento, entre otros valores-, no fuese realmente la causa de que se lleve a efecto la entrega material, el regalo. Por eso, yo digo, que para vivir la Navidad, hemos de “ser como niños”.
    Es realmente positivo, que sepamos creer y hacer que se crea en la ilusión, en la magia, así, desde esta perspectiva, podremos llegar a inculcar que a través de ella, se puedan cumplir ciertos compromisos de entrega, de amor, de armonía y de paz.
    Hemos de ser capaces, en estas fechas de ser personas, de emocionarnos, de sentirnos, de querernos y de querer a los demás, sin distinción.

(extraído de mi libro “Lecturas para reflexionar: como potenciar tu mente”   para desearte que vivas unas Navidades  llenas de magia, amor y felicidad.)