ENTREVISTA REALIZADA AL PROF. CASTRO
Dentro del campo de la “energía
humana” vamos a referirnos a su aplicabilidad, como factor positivo para el
rendimiento exitoso en la organización
empresarial. Este tema, es tratado por el Prof. Castro, en su trabajo titulado:
“Bioenergética: la energía del éxito en
la organización empresarial” y que recoge, en su ponencia: “Entrenamiento mental para la mejora del rendimiento”.
Desde
luego, el tema tratado y en el contexto en que se hace, es realmente muy “novedoso” en el área del neuromarketing.
En este sentido, recogemos, por su importancia, la entrevista que se le
realizó.
P.- Prof. Castro, nos
podría indicar, cual ha sido el motivo que le ha llevado a realizar este trabajo
“Bioenergética: la energía del éxito en la organización empresarial”
R.- Si me lo permites,
comenzaré recordando, al célebre físico Albert Einstein –al que mencionaré a lo
largo de la entrevista- que sugirió: “no podemos resolver nuestros problemas con
los mismos modelos de pensamiento con los que los creamos”; y añadió: “Todo
pensamiento es energía”. Entonces, ¿cómo usar la energía del pensamiento para
el bien de un proyecto? Esto significa que la manera cómo pensamos hoy es parte
del problema.
P.- Pero, Prof.
Castro, me puede indicar ¿Cómo se puede poner en marcha lo expuesto, como
estrategia para el éxito en la organización empresarial?, pues, como deja ver
en su trabajo, parece una cosa muy natural y sencilla de aplicar.
R.- Fíjese bien, la problemática que, en la actualidad,
tienen planteada la mayoría de las empresas para conseguir el éxito, va más
allá de las estrategias de marketing, de las directrices, de la normas, de los
instrumentos materiales y personales, reside, sencillamente en el
neuromarketing. Prestemos atención, como dice Einstein, en los modelos de
pensamientos, pero sobre todo a que todo pensamiento es energía. Entonces,
¿Sería posible aplicar estrategias en este sentido para mejorar el
funcionamiento de una organización empresarial? La respuesta es SI es posible.
En este caso, cabria hacerse otra pregunta ¿Cuál es la causa para que no sean
aplicadas? En los manuales sobre planificación, desarrollo y marketing
empresarial consultados, no aparecen estrategias sobre dicha cuestión, pero sí,
desde hace bastante
tiempo, el estudio del ser humano, como ser vivo y su proceso
salud/enfermedad, sirve como ejemplo para el funcionamiento de una empresa.
En
los últimos 30 años, los pensadores de management han llegado a aceptar que las
organizaciones no son máquinas sino algo así como seres vivientes, y por lo
tanto, impredecibles, ingobernables, auto-organizadas y hasta sensibles. Con
muchas similitudes y con canales vitales de comunicación (Art Kleiner, director
de strategy+ business y autor de The Age of Heretis). Incluso, se lleva estudiando, el factor humano y su influencia en la organización
empresarial como factor relevante para el buen funcionamiento de la empresa;
no obstante, persiste el
concepto erróneo de que si uno practica físicamente -ejemplo, cuando se dice a
un deportista: “hacer ejercicio físico es suficiente para conseguir el
rendimiento”-, se olvida, sin razón aparente, el tema
expuesto por Einstein ¿cómo usar la energía del pensamiento para el bien
de un proyecto?
En la
actualidad se estudia, dada la
importancia que ha cobrado el factor humano desde el punto de vista de ser,
como ya se ha dicho anteriormente, un factor importante para el funcionamiento
de la empresa, y considerado como un elemento productivo, su comportamiento
a nivel individual y relacional con el grupo y, en este
sentido, su rendimiento en la organización empresarial. A este respecto, se
puede definir el factor humano como un fenómeno multidimensional sujeto a la
influencia de una infinidad de variables:
Unas internas o propias de cada trabajador –características energéticas y
psicofísicas-; es decir, sentirse con energías para motivarse, aprender,
emocionarse, percibir actitudes, valores y conductas de los demás, etc- y
externas propias del entorno empresarial -presiones del jefe, influencias de
los compañeros de trabajo, cambios en la tecnología utilizada
por la
organización, las demandas y presiones de la familia,
los programas
de entrenamiento
y desarrollo empleados
por la organización, las condiciones ambientales, etc-.
Todo
ello, sirve de base para demostrar que, no es solo el ejercicio físico, como ya
se indico, se necesita capacidad mental o “energía del pensamiento”, para
llevarlo a la práctica.
P.- Prof. Castro, lo
que nos relata es interesantísimo, pero es necesario que le pregunte ¿Por qué
este tema de la energía humana no se ha tenido en cuenta, cuando, como dice, ya
se lleva estudiando hace tiempo el “factor humano y su influencia en la
organización empresarial?
R.- Sencillamente,
cuando se toca algún tema que se relacione con la energía y el ser humano, en
cualquier disciplina, caso de la medicina, al estudiar el proceso de
salud/enfermedad y sobre todo, en el tema sobre la organización empresarial, parece
que lo hacemos sobre un tema “oculto, mágico o milagroso”, pero no desde el
prisma de lo que es lo fundamental, para que el ser humano, pueda vivir, relacionarse y actuar como persona y como
trabajador, de una manera saludable y
con un rendimiento exitoso en cualquier
plano en que lleve a cabo su tarea. A lo mejor, habría que retomar con
relación al ser humano que:
· Es
un ser “energético”, la energía es el elemento constitutivo de su propia
naturaleza e imprescindible para vivir, desarrollarse, actuar y relacionarse
con su entorno familiar, social, educativo, laboral y medioambiental y lo tiene
que hacer de una manera equilibrada, armónica y en sintonia con las
manifestaciones energéticas que emanan de su entorno y con las que se
interrelaciona para adaptarse.
· Está
configurado por dos abstracciones energéticas, la mente –parte inmaterial- y
el cuerpo –parte material- Dentro de esta parte material esta el cerebro
y la relación se inicia, en función mente-cerebro. La relación entre la mente y
el cerebro ha desquiciado a su vez la mente de muchos filósofos, físicos,
neurólogos y neurofisiologos. Descartes trastornó nuestras categorías de
pensamiento cuando postuló que existían sólo dos sustancias, la res cogitans
(la mente) y la res extensa (el cuerpo) y así la relación entre ellas se hizo
problemática. Varios paradigmas se han utilizado para tratar de explicar la relación
mente-cerebro–. Pero más aún es necesario que esa relación sea ampliada con un
matiz global –energía-mente-cuerpo-pues así se relata en el paradigma “psicosomático”
y “psiconeuroinmunologico”-.
· A través del
conocimiento científico, nos ha llevado a aplicar algunos conceptos de la
termodinámica, la cibernética y la teoría de la información para analizar esta
compleja asociación e intentar dar una respuesta. Así, lo consideran como: el
cerebro-hardware y la mente-software; todas ven el cerebro como una máquina en
los términos de mecánica clásica. Con esta relación se muestra que los
organismos biológicos cuando están vivos, estan activos a nivel global, porque
tienen energía –“energía vital”-; pero a la vez, son sistemas abiertos que
interaccionan con sus semejantes, su entorno medio ambiental y social a través
de un intercambio constante de materia y energía –“energía manifestada, tanto
de tipo mental (pensamiento) como de tipo corporal (conducta) con la finalidad
de adaptarse, en nuestro caso a su actividad laboral.
· La energía configura su propia naturaleza y
es necesaria para vivir, llevar a cabo todos sus procesos mentales, físicos, relacionales,
educativos y laborales. Esto es lógico, pues si no tiene energía, no puede
actuar, está sano, lo contrario es que está enfermo. Queda, claro, que cuando
se tiene energía se puede vivir, pero para actuar, en nuestro caso trabajar, se
requiere que la energía se encuentre en
su nivel óptimo. De alguna manera, al referirnos a la energía humana o
bioenergía, se hace referencia a su estado de salud/enfermedad y a su
rendimiento.
· “Todo pensamiento es energía”, según lo
indicado por Einstein, que además nos
dejo la conclusión de que la materia y la energía son diferentes formas
de una misma cosa, desarrollando la ecuación E = mc2.
A este respecto, volvamos a retomar si “el
pensamiento es energía”, también es un
generador de emociones, que son energía –positivas o negativas según que lo
sentido sea algo agradable o desagradable, respectivamente y por consiguiente
rindamos o no- Esto nos indica que si existe algún motivo que produzca una
emoción negativa, tendremos muy claro que hay que aplicar la estrategia mental
adecuada para hacerla frente de la manera más exitosa. En el caso de las
positivas fortalecerlas. En cualquier caso, el resultado resultante será que
tanto el pensamiento como la emoción puedan llevar a la motivación para que la
actividad a realizar tenga un rendimiento eficaz y positivo para uno mismo,
para el grupo y para la organización empresarial.
Así pues, queda claro que el pensamiento, la emoción y la conducta son tres aspectos que están en íntima relación y bajo el control de cada uno, gracias a la energía; y lo están de tal manera que un cambio en alguno de ellos producirá alguna modificación en los otros dos.
Así pues, queda claro que el pensamiento, la emoción y la conducta son tres aspectos que están en íntima relación y bajo el control de cada uno, gracias a la energía; y lo están de tal manera que un cambio en alguno de ellos producirá alguna modificación en los otros dos.
Por tato, el rendimiento va vinculado al
coeficiente de optimismo; es decir, se define como un estado psicológico –mental-
positivo caracterizado por altos niveles de energía y vigor, dedicación y
entusiasmo por el trabajo, así como total absorción y concentración en la
actividad laboral (Salanova y Schaufeli, 2004); de alguna manera, se pueda
disfrutar con el trabajo, es lo que se conoce como “engagement” o
vinculación psicológica con el trabajo, surge como un constructo positivo
totalmente antagónico al de Burnout (Salanova y Schaufeli, 2009). Los trabajadores que se sienten realizados con su trabajo, es decir,
aquellos que experimentan “engagement”, manifiestan un sentimiento de
unión con la organización enérgico y efectivo. En cambio, los trabajadores que
experimentan “burnout”, perciben su trabajo como estresante y
demandante, en contraposición al sentimiento retador y de diversión hacia la
consecución de los objetivos laborales que sienten los sujetos “engaged”
(Salanova y Schaufeli, 2009).
Se fracasa en la vida por golpes
emocionales, no racionales. Estadísticamente las personas optimistas y positivas rinden entre el 65 y el 100%
más que las pesimistas y sufren menos
enfermedades y por consiguiente, tienen un rendimiento equilibrado.
P.- Prof. Castro, nos
sigue intrigando con sus respuestas, pero quisiera que me explicase, ¿qué ha
querido decir cuando indica “una manera equilibrada, armónica y en sintonía"
R.- Quiero decir, sin
perder el nexo de unión y realizado “en onda o sintonía”, con el mismo ritmo o
frecuencia. Con ello, estoy, de alguna manera se haciendo referencia al proceso
de interrelación energética o comunicación interpersonal, que comienza a nivel
interno entre la mente, el cuerpo y se proyecta al exterior a través de la
conducta, gracias a la energía que se
posee y que se proyecta para sintonizar con los demás y con su medio externo a
nivel grupal y organizacional. Cualquier variación en alguno de ellos, afecta
al resto, de aquí el repetir “una manera equilibrada, armónica y en sintonía”
P.- Prof. Castro, en los
entornos laborales, entonces lo importante ¿es tener energía, equilibrio
relacional y buena armonía para que el rendimiento sea un éxito?
R.- Si, es cierto, que
los entornos laborales necesitan de cierta armonía y equilibrio
emocional-relacional, es decir, comunicativo, para funcionar a pleno y de una
manera eficaz. Esto se logra, cuando los empleados gozan de buena salud
–encontrarse a “nivel óptimo de energía”-y así podrá comunicarse bien y desempeñar
satisfactoriamente sus tareas a favor de un rendimiento positivo.
En las empresas los problemas de salud
originados por la “pérdida de energía o agotamiento” -tercera fase del estrés- se
deben, generalmente, a las presiones por
la complejidad de la tarea a realizar¸ por las obligaciones y por conflictos
relacionales –caso de el “vampiro emocional” o “persona tóxica” - Según Javier Tovar, consultor talent management de bpi
group, “aunque todas las personas influimos en las emociones de quienes nos
rodean por mero contacto y cercanía, lo que diferencia a los vampiros
emocionales del resto es su carácter manipulador y su facilidad para influir en
los demás sin apenas notarse”-, parecen multiplicarse, ocasionando lo que se conoce
como “síndrome burnout o estar quemado” y
que conlleva; a menudo pérdidas considerables de actividad y rendimiento, y,
por otro, el “absentismo laboral por enfermedad”. Luego, la realidad nos
muestra que la falta de energía o agotamiento -tercera fase del estrés- es
sinónimo de “no tener fuerzas para seguir la actividad” lo que influye muy
negativamente en el propio trabajador y en su rendimiento¸ afectando al grupo y
en la propia organización empresarial de una manera negativa.
P.- Prof. Castro,
parece que todo va encajando en la problemática que presenta la organización
empresarial, pero, le pregunto ¿Cómo dar una solución a los factores que han
sido afectados y que influyen de manera negativa en el rendimiento a nivel del
trabajador, del grupo y de la propia organización empresarial?
R.- El Prof. Roberto Franchi. Licenciado en Psicología en UBA y Profesor del Área de Recursos
Humanos de la Escuela de Negocios de la Universidad de Palermo, expresa: “No hay duda, cuando una compañía logra que la energía de
su gente expresada, en sus distintas formas (inteligencia, creatividad,
conocimientos, competencias, compromiso) pueda alinearse en el mismo sentido,
como los remeros de un bote de remos, sus posibilidades de alcanzar los
resultados deseados aumenta muy positivamente”. Por
consecuencia, toda empresa debe tener estrategias con las que se puedan aplicar
medidas adecuadas para conseguirlo. En este sentido, citaremos algunas de ellas:
· Hablar con los trabajadores
· Reorganizar el trabajo
· Felicitar a los trabajadores por el trabajo bien hecho y por el rendimiento
y los éxitos conseguidos- No obstante, la realidad es que surge una necesidad
de estrategias que favorezcan establecer un buen clima en los ambientes de
trabajo, pues no se refleja solamente con “buenas intenciones” que, en algunos
casos, crean falsas expectativas para el rendimiento. Las “buenas intenciones”,
a veces, producen un mal entendimiento,
que es muy negativo, dando lugar a un fallo en la comunicación porque, de
alguna manera, se esfuerza al trabajador, a seguir la actividad, lo que
conlleva un esfuerzo mayor y, con ello, mayor consumo de energía, dando como
resultado el agotamiento y sus efectos negativos es lo que se conoce como
somatización emocional, caso de la gripe, dolor de cabeza, dolor articular, fiebre, malestar general,
irritabilidad, pasividad, ansiedad, falta de atención, insomnio, etc. En este
sentido, indica el profesor Fernández
Muñoz, A: “numerosos
directivos muestran una lamentable carencia en este terreno: no saben cómo
motivar a sus colaboradores. Incluso algunos son verdaderos expertos en
desmotivarlos” -Ángel Fernández Muñoz, Licenciado en
Psicología, Licenciado en Pedagogía y Máster en Dirección de Recursos Humanos.
Desarrolla su tarea docente desde 1988 en el Centro de Estudios Financieros-
P.- Prof. Castro, le pregunto, puede informarnos sobre
¿Cómo se puede aprender a conseguir la estrategia para aplicar esas medidas
adecuadas?
R.- Por supuesto que sí. Pero, de acuerdo con la
problemática planteada, para aprender a aplicar las estrategias adecuadas, lo
primero que se ha de hacer es reflexionar si son, efectivamente las adecuadas
para poner remedio a lo que ocurre y frenar el bajo rendimiento que se está
dando y, además si van a ser rentables -Los estudios llevados a efecto, demuestran que por cada Euro que se invierte en
formación empresarial no relacionado con habilidades específicas (por ejemplo,
cursos de dinámica de grupo, entrenamiento mental, relajación, etc.) el retorno
sobre dicha inversión es de 30 Euros-. Dicha formación tienen que ir dirigidas
al propio empleado, al grupo y a la organización empresarial. Su enfoque tiene
que ser global u holístico para lograr, como dice
el Prof. Franchi, que la energía de la gente expresada, en sus distintas formas
(inteligencia, creatividad, conocimientos, competencias, compromiso) pueda
alinearse en el mismo sentido para alcanzar los
resultados deseados un rendimiento exitoso. Más aún, si seguimos a Einstein, diremos que lo importante es “saber usar la energía del pensamiento para el
bien de un proyecto”. En este sentido, hemos de recalcar que supone aplicar
estrategias mentales de ayuda, para alcanzar el mayor rendimiento con el mínimo
esfuerzo. Esto supone que la administración de recursos humanos, aparte de que sea
un proceso administrativo, debe tener un contenido relacional
con los empleados a cualquier nivel –empleado-trabajador y ejecutivos-, que
sirva para alcanzar el acrecentamiento –autoestima y conservación de la salud-,
controlar sus conocimientos, esfuerzos, y experiencias, así, como sus las
habilidades, etc. para que el desempeño
de su actividad laboral quede reflejada en un rendimiento exitoso y sirva
para cubrir sus propias necesidades y las de la organización empresarial; es
decir del éxito de la empresa.
Para
finalizar recuerda el Prof. Castro, que si se estás interesado en el tema
puedes contactar con él a través de su e-mail: profesorcastro9@gmail.com