viernes, 29 de octubre de 2021

¿QUIERES PASAR UN OTOÑO SALUDABLE?

 

             Un lector de mis lecturas me pidió si podía ampliar la lectura que publique, sobre este mismo tema, en mi blog www.lasaludyelbienestar.com lo que hago ahora, no solo por complacerle, sino además porque creo que el tema que lleva por título este trabajo ¿Quieres pasar un otoño saludable? es muy actual y de gran interés para todos.

          No cabe duda de que los cambios estacionales y sus condiciones meteorológicas, tienen gran influencia en nuestro estado de salud. A este respecto es necesario destacar:

·  En la antigüedad, ya se tenía muy en cuenta la Astrología. Más tarde se llegó a fijar que el ser humano era parte inseparable de su entorno o Cosmos es “un microcosmo en un macrocosmo”. Recordemos que Hipócrates, celebre médico griego, considerado como padre de la medicina, explicaba la influencia tan importante que el entorno tiene sobre la salud/enfermedad.  

·  Actualmente la Cronobiología –estudia los ritmos-, la Astronomía-Climatología – trata de los Astros y cambios climatológicos, respectivamente- y la Medicina se encargan de estudiar esta relación y sus efectos sobre la salud/enfermedad del ser humano, de la persona, llegando a la conclusión que es muy importante la relación existente entre el clima, las estaciones del año, la  disminución  de la temperatura, pero sobre todo, de las horas de luz, - que  afecta  a su ritmo circadiano o ciclo de 24 h y coincide con el ciclo de actividad y descanso–, parece como si el “ser humano funcionase como un reloj”-, que llegan a alterarle a nivel energético, mental, físico y conductual como se expondrá más adelante.

Llegado a este punto, creo que para mejor comprender lo que ocurre, es necesario conocer por qué ocurre y cómo le afecta. Comencemos a conocer lo que ocurre:

·  El ser humano.

El ser humano nace y crece en un mundo formado por el cielo y la tierra –Universo o Cosmos-, del que forma parte como ya se ha indicado anteriormente; luego es lógico pensar que cualquier alteración que se dé en ese entorno será de tipo de energía manifestada en diversidad de formas - sonora, luminosa, térmica, química, electromagnética, cósmica, terrestre, rítmica o cíclica, etc.- afectará al ser humano a nivel global. Los expertos en el tema llegan a decir que se produce por la íntima relación existente entre el ser humano y el Universo o Cosmos en que vive es de tipo energético, pues ambos son “entes energéticos”, en ambos la energía es el componente fundamental de su propia naturaleza y la que facilita todos sus procesos. Llegando incluso a indicar, que la materia es energía estructurada y que el ser humano es “polvo de estrellas”  (Esta frase, fue enunciada por el gran científico y pensador Carl Sagan (1934-1996).

          De acuerdo con ello, según constatación científica se ha podido confirmar que para la mayoría de la población, el paso del verano al otoño es el trance difícil, pues suele coincidir con el final de las vacaciones, la vuelta a la rutina, la llegada generalizada de bajadas de las temperaturas, y, sobre todo, la disminución de las horas de luz y el cambio de hora que dan lugar a ciertos cambios, aunque sean más o menos pasajeros, según quien lo sufra y que podemos recoger bajo dos aspectos:

·  Subjetivos o personales. Destacando, por ser los más frecuentes, agrupados bajo los aspectos que configuran al ser humano, y son los siguientes: 

a)    Nivel mental.  (estado de ánimo o estado mental) 

-      Nos invade el desánimo.

-      Tristeza.

-      Irritabilidad.

-      Malhumor.

-      Desesperanza.

b)    A nivel físico:

-      Dolor (articular- cuello, espalda, rodillas, oídos y garganta)

-      Tos.

-      Bronquitis

-      Neumonía

c)   A nivel conductual: problemas relacionales (familia, amigos, trabajo, aprendizaje, y de adaptación).

d)  A nivel energético: pérdida de energía por el esfuerzo realizado para poder adaptarse a los cambios estacionales y climáticos por desajuste de sus ritmos internos que conlleva un agotamiento y alteraciones en sus procesos mentales, físicos y conductuales que le imposibilitan adaptarse e interrelacionase con su entorno de una manera equilibrada y saludable.

Es la propia ciencia médica, desde la Psiconeuroinmunologia (PNI), la que ya comienza a reconocer que la enfermedad que no solo se manifiesta con sintomatología física clásica, dolor, fiebre, etc., también con sintomatología mental – las emociones negativas: perdidas, miedos, depresión- o por ambas a la vez; es decir, física y mental, sin olvidar la energía que algunos manifiesta verbalmente: me encuentro “cansado, “agotado” y otras veces, incidiendo en su entorno: “el invierno me pone peor de mis dolores”.

Estos cambios van bajo el DSM-5 de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, y se definen como cambios de humor recurrentes con inicio estacional. Además, según el  estudio publicado en la revista British Journal of Nursing dichos cambios están acompañados de una sensación de falta de energía. En este sentido, algunos psicólogo, caso de Robert Thayer refiriéndose  el estado de ánimo dice que es una relación entre dos variables: energía y tensión. Según esta teoría, el estado de ánimo fluctuaría entre un estado energético: de más energético a más  cansado y referido al grado de nerviosismo, entre más calmado o más tenso, considerándose el mejor un estado calmado-energético y el peor un estado tenso-cansado..

          Según lo reseñado, se tendría que tener en cuenta el aspecto energético a nivel individual y a nivel ambiental, pues es, como ya se ha indicado  es el factor fundamental y común de ambos y que hace posible la interrelación entre uno y otro. 

A tal respecto, es la ciencia la que indica: sin energía no hay vida, ni actividad, ni es posible llevar a cabo el ritmo, el ciclo, la interrelación, el esfuerzo, el trabajo y menos la conducta saludable para la adaptación al medio ambiente. Por todo ello, se llega a la conclusión siguiente: Si queremos estudiar y analizar los cambios que se dan en el ser humano, producidos por los cambios en el medio ambiente en que vive, tales como son los estacionales, climatológicos, lo hemos de hacer desde un aspecto global u holístico, pero no solo desde los síntomas que a nivel físico presenta el ser humano como ser vivo y como persona sino también teniendo en cuenta el entorno en que se encuentra viviendo.

·  Medioambientales. El ser humano nace y crece en un mundo formado por el cielo y la tierra –Universo o Cosmos-, del que forma parte; luego, es lógico pensar que cualquier alteración que se dé en ese entorno será de tipo de energía manifestada en diversidad de formas, sonora, luminosa, térmica, química, electromagnética, cósmica, terrestre, rítmica o cíclica, etc. y le afectará. De conformidad con ello, se detallan que cambios ocurren en el medioambiental, para que la energía varíe y nos afecte a nivel de salud.    

Como ya se indico anteriormente, en diversas épocas ya  eran relacionados.

Son muchas personas las que, cuando llega el otoño –primer paso para el período invernal siguen tristes y, ocasiones con gran desánimo, llegando sus los síntomas a nivel patológico, son los conocidos como “sensibles a estos cambios climáticos” que en la actualidad la Organización Mundial de la Salud (OMS) los enmarca como “afectados por la sensibilidad química múltiple –SQM- o la hipersensibilidad a los campos electromagnéticos –EHS-”, para los que existe un tratamiento médico convencional. Los especialistas comienzan a hablar de Trastorno Afectivo Estacional (TAE). En este sentido, el Prof. D. Antonio Bulbena, desde 2014 es el director del Departamento de Psiquiatría y Medicina Legal de la Universitat Autònoma de Barcelona. responsable del programa de doctorado del mismo departamento, dijo: “las estaciones, la meteorología y la luz inciden sobre la salud humana, especialmente la mental”.

Según datos facilitados por el Observatorio Astronómico Nacional (OAN), los cambios  que ocurren en el medioambiental  son los siguientes:

·     El otoño llega el miércoles 22 de septiembre y finalizará el 21 de diciembre, por tanto, la estación durará 89 días y 20 horas

·     El otoño de 2021 estará marcado algunos cambios astronómicos:

-      La primera luna llena del otoño se verá el 20 de octubre, mientras que las siguientes se producirán 29 o 30 días después: una el 19 de noviembre y otra el 19 de diciembre

-      Eclipses:

Ø Parcial de Luna (visible en España) el 19 de noviembre se producirá visible en el oeste de Europa y África, América, el Pacífico, Oceanía y Asia; las primeras fases de dicho eclipse también serán visibles desde España, poco antes de que comience a amanecer.

Ø Total de Sol, arrancará al amanecer del 4 de diciembre en un punto del océano Atlántico -al este de las islas Malvinas (Reino Unido)- para terminar a las 8:06 minutos en el océano Antártico frente a la Barrera de hielos Gezt (Antártida), con una duración total del fenómeno de 66 minutos.

Ø  A lo largo de toda la estación otoñal serán visibles al anochecer los planetas Mercurio y Marte al amanecer y Venus, Júpiter y Saturno al anochecer. Mercurio visible en octubre y noviembre, mientras que Marte se observará a partir del mes de noviembre.

Ø La primera lluvia de meteoros importante del otoño, las dracónidas, alcanzará su máximo hacia el 8 de octubre, las leónidas, hacia el 17 de noviembre -ocasionalmente también pueden llegar a ser muy intensas- y las gemínidas, la más potente del otoño, tendrá su mayor esplendor alrededor del 14 de diciembre.

Ø Otro tema a tener en cuenta es el cambio de hora que se producirá el último domingo de octubre, cuando a las 3 de la madrugada -hora peninsular- el reloj se retrase una hora para retomar el horario invernal.  Pero, como todo es un proceso natural y está envuelto en un matiz energético, tenemos que saber controlarlo para que podamos pasarlo con energía y en un estado de mejor salud y bienestar, digamos pues: “Al mal tiempo buena cara”, pero no solo con eso basta, hay que tener en cuenta los siguientes consejos para proteger nuestro sistema inmunitario, en este período de adaptación puede debilitarse y, para fortalecerlo y proteger al organismo de infecciones, hay que seguirlos; detallamos algunos de ellos que podemos llevar a cabo por cada uno de nosotros y son:

·     No desatender la protección solar. Los rayos de sol pueden quemar la piel durante esta época del año.

·   Evitar cambios bruscos de temperatura. Los extremos de temperatura son perjudiciales en esta época del año.

·   Mantener y reforzar los hábitos de higiene.  En invierno, los virus que causan los resfríos y la gripe circulan con mayor frecuencia y la tasa de contagio aumenta por el hecho de estar en ambientes cerrados y mal ventilados.

·  Dormir bien en los cambios de temporada es tan importante como te imaginas. Robarle horas al sueño y descansar menos de lo necesario afecta negativamente al funcionamiento de la mente, cuerpo y conducta. Por eso, tienes que ser consciente que lograrlo depende de ti.

·     Adapta tu vestuario En las estaciones de transición como son la primavera y el otoño es más complicado acertar a la hora de elegir la ropa del día a día. Esto se debe a la inestabilidad y constante variación de las temperaturas. Por eso se recomienda vestir por capas -técnica “cebolla”- para poder quitar o poner ropa según esas oscilaciones y  poder mantenerse secos y calientes. Hay que cuidar los puntos débiles al frio, por ejemplo, la garganta, que es conveniente protegerla con un pañuelo en las primeras horas del día. También hay que tener en cuenta el calzado a utilizar calzado cerrado en esta época. 

·     Dieta equilibrada. La llegada del otoño supone un nuevo cambio de hora y esa característica inestabilidad climatológica marcada por la lluvia, el viento y la bajada progresiva de las temperaturas. En esta época apetece disfrutar de comidas de cuchara calientes y reconfortantes que contribuyen a fortalecer al organismo para afrontar todos esos cambios; caso de Sopa o legumbres acompañadas de verduras y una buena ración de proteínas  y  te van a ayudar a afrontar el resto de la jornada con otro talante.

En otoño disponemos de muchos alimentos que aportan gran variedad de nutrientes: Las setas, las legumbres, los frutos secos -castaña o la nuez-  y la frutas, las más populares del otoño destaca la manzana junto con la calabaza, inevitablemente asociada a Halloween, el caqui, la chirimoya, la pera, la naranja, la mandarina, la frambuesa, la granada y las uvas; asi, las vitaminas y minerales de las frutas son asimilados.

·  Actividad física. La  práctica de una actividad física, andar, natación, tiene que ser moderada y bajo tu control claves para mejorar tu circulación y aliviar el estrés. Cuando hagas ejercicio al aire libre también deberás lleva una prenda para evitar enfriarte al finalizar la actividad.

·  Cuidar el estado de ánimo. Los meses de frío representan para muchos tiempos de tristeza, de depresión, -algunas personas son diagnosticadas con el denominado TAE- por eso, es importante mantener una actitud y una disposición mental positiva.

·     Cambio de hora. Uno de los hitos que marca el otoño, y ante el que muchos comienzan a temblar al pensar en él, es el cambio de hora que tiene lugar el último domingo de octubre. exactamente a las 3 a.m., tendremos que retrasar nuestros relojes “mecánicos” una hora hasta que sean las 2 a.m.

          Son muchas las personas que notan sus efectos - Decaimiento, fatiga, apatía, falta de apetito, problemas de concentración e irritabilidad pueden ser algunas-, aunque puede variar la intensidad con que cada una lo percibe. Aceptar estas sensaciones, en vez de intentar luchar en vano, hará que el propio cuerpo se regule ante ellas; pero de no notar mejoría en unos días, consulta a tu médico. Él será el responsable de valorar tu estado general y prescribirte algún fármaco.

         Con el deseo que lo leas y te sea de ayuda para que puedas vivir el otoño con alegría, salud y bienestar, lo he escrito.