miércoles, 22 de diciembre de 2021

QUÉ NOS DEPARARÁ EL AÑO 2022

 

Como ya recogía en mi artículo anterior sobre el tema: “El próximo año 2021qué nos deparará” publicado el 29 de diciembre de 2020 en mi blog www.lasaludyelbienestar.com y como continuidad a lo descrito entonces, hemos de centrarnos y hacer referencia a nuestro país para así poder  seguir planificando y dando propuestas de soluciones a la problemática de crisis social ya planteada, por la pandemia del covid-19 y sus variantes Delta y Omicron, ahora aparecidas.

El resultado ha sido que poco a poco los casos de contagio han ido incrementándose, aunque el número de vacunados es ya muy elevado, estando presente en el dato aportado de contagios, la mayoría de los contagiados ya han sido vacunados.

Ante lo expuesto, cabe hacernos unas preguntas, ¿Algo no ha sido debidamente analizado, planificado e informado a nivel social bajo un aspecto global u holístico?. La contestación que yo daría es que no, según el resultado de los datos sobre contagios que nos facilitan a diario por vía oficial, a nivel nacional y comunidad por comunidad.

En este sentido, creo que se debería haber seguido, como prevención debido a que aún se está en estado de pandemia, de una manera más planificada, contundente y previsora con:

· El uso de mascarilla, gel, lavarse las manos y guardar la distancia adecuada, tanto en exterior como en interior.

·  Seguir administrando vacunas, con un criterio más amplio, estableciendo de nuevo normas, no solo para vacunarse con pauta completa, sino además de seguir conservando las medidas establecidas anticontagio, que fuesen necesarias a nivel social para poder controlar el creciente número de contagios como se acaba de establecer últimamente, con la vacunación de niños de 5 a 12 años y poner una tercera dosis de refuerzo para las personas que en su momento recibieron dos dosis. En este sentido, creo que se estaría estableciendo un protocolo de seguimiento que se debería seguir, adaptándolo a las circunstancias dominantes hasta volver a disminuir el número de contagiados para evitar los efecto que conlleva a nivel sanitario, económico y social.

· Además se está poniendo ya, casi por completo, en actividad el área mercantil y de ocio en toda su amplitud y los medios de transportes aéreos, marítimos y terrestres, sin un control riguroso que es lo que se requiere como prevención en estos casos.

·  Establecer medidas más estrictas, sobre el número de comensales en ambientes cerrado su ventilación, número de personas distancia entre ellos, cuando usar  o no la mascarilla, estar vacunados y si entre los asistentes hay personas mayores; sobre todo para festejar las próximas Fiestas de Navidad y Año Nuevo y así evitar un mayor número de contangios.

Por ello, mi consejo es que todos y cada uno tenemos que tomar consciencia que la salud depende de cada uno de nosotros más de lo que uno piensa, sobre todo en los momentos actuales y posteriores pues la ayuda de cada uno es muy necesaria  para seguir de una manera coherente las normas que se nos dan desde la autoridades sanitarias, teniendo en cuenta que a todos nos afecta la situación tan negativa que estamos viviendo y seguiremos viviendo este periodo de pandemia que, según los expertos en el tema, no se conoce cuanto tiempo durará. En este sentido, algunos expertos sugieren que puede durar sobre tres años más, según el proceso que la pandemia lleva reflejando.

No vale ya desperdiciar otra ocasión de compartir la ayuda y así, llegaremos a comprender el valor que tiene el dicho: “mas vale prevenir que lamentar”.

Queda demostrado, por tanto, que hemos llegado hasta aquí con grandes sacrificios a nivel personal y social. En este sentido, tenemos que tenerlo en cuenta para, saber aplicar, con los métodos y tecnología suficiente, desde una perspectiva global u holística, la tarea encaminada a combatir de una manera más eficaz y positiva la pandemia provocada por el covid-19 y sus variantes actuales o si apareciesen otras nuevas durante un período que a lo mejor pudiera durar, según lo indicado.

Por ello, mi consejo es que todos y cada uno de nosotros, tome conciencia de que siempre, pero aún más en estos momentos y posteriores, la ayuda que prestemos es muy necesaria para poder reducir el número de contagios, pues a todos nos afecta de una manera muy negativa en nuestra salud y bienestar.

Permitirme que aproveche la oportunidad para dar un consejo: “Cuídate para cuidar a los demás” y desear a los lectores de este documento que pasen, dentro de las normas establecidas con respecto al protocolo anticontagio, unas Felices Navidades, con alegría, salud, bienestar y esperanza a comenzar el próximo Año Nuevo 2022 sin tantos contagios.

 

 

 

 


 

viernes, 29 de octubre de 2021

¿QUIERES PASAR UN OTOÑO SALUDABLE?

 

             Un lector de mis lecturas me pidió si podía ampliar la lectura que publique, sobre este mismo tema, en mi blog www.lasaludyelbienestar.com lo que hago ahora, no solo por complacerle, sino además porque creo que el tema que lleva por título este trabajo ¿Quieres pasar un otoño saludable? es muy actual y de gran interés para todos.

          No cabe duda de que los cambios estacionales y sus condiciones meteorológicas, tienen gran influencia en nuestro estado de salud. A este respecto es necesario destacar:

·  En la antigüedad, ya se tenía muy en cuenta la Astrología. Más tarde se llegó a fijar que el ser humano era parte inseparable de su entorno o Cosmos es “un microcosmo en un macrocosmo”. Recordemos que Hipócrates, celebre médico griego, considerado como padre de la medicina, explicaba la influencia tan importante que el entorno tiene sobre la salud/enfermedad.  

·  Actualmente la Cronobiología –estudia los ritmos-, la Astronomía-Climatología – trata de los Astros y cambios climatológicos, respectivamente- y la Medicina se encargan de estudiar esta relación y sus efectos sobre la salud/enfermedad del ser humano, de la persona, llegando a la conclusión que es muy importante la relación existente entre el clima, las estaciones del año, la  disminución  de la temperatura, pero sobre todo, de las horas de luz, - que  afecta  a su ritmo circadiano o ciclo de 24 h y coincide con el ciclo de actividad y descanso–, parece como si el “ser humano funcionase como un reloj”-, que llegan a alterarle a nivel energético, mental, físico y conductual como se expondrá más adelante.

Llegado a este punto, creo que para mejor comprender lo que ocurre, es necesario conocer por qué ocurre y cómo le afecta. Comencemos a conocer lo que ocurre:

·  El ser humano.

El ser humano nace y crece en un mundo formado por el cielo y la tierra –Universo o Cosmos-, del que forma parte como ya se ha indicado anteriormente; luego es lógico pensar que cualquier alteración que se dé en ese entorno será de tipo de energía manifestada en diversidad de formas - sonora, luminosa, térmica, química, electromagnética, cósmica, terrestre, rítmica o cíclica, etc.- afectará al ser humano a nivel global. Los expertos en el tema llegan a decir que se produce por la íntima relación existente entre el ser humano y el Universo o Cosmos en que vive es de tipo energético, pues ambos son “entes energéticos”, en ambos la energía es el componente fundamental de su propia naturaleza y la que facilita todos sus procesos. Llegando incluso a indicar, que la materia es energía estructurada y que el ser humano es “polvo de estrellas”  (Esta frase, fue enunciada por el gran científico y pensador Carl Sagan (1934-1996).

          De acuerdo con ello, según constatación científica se ha podido confirmar que para la mayoría de la población, el paso del verano al otoño es el trance difícil, pues suele coincidir con el final de las vacaciones, la vuelta a la rutina, la llegada generalizada de bajadas de las temperaturas, y, sobre todo, la disminución de las horas de luz y el cambio de hora que dan lugar a ciertos cambios, aunque sean más o menos pasajeros, según quien lo sufra y que podemos recoger bajo dos aspectos:

·  Subjetivos o personales. Destacando, por ser los más frecuentes, agrupados bajo los aspectos que configuran al ser humano, y son los siguientes: 

a)    Nivel mental.  (estado de ánimo o estado mental) 

-      Nos invade el desánimo.

-      Tristeza.

-      Irritabilidad.

-      Malhumor.

-      Desesperanza.

b)    A nivel físico:

-      Dolor (articular- cuello, espalda, rodillas, oídos y garganta)

-      Tos.

-      Bronquitis

-      Neumonía

c)   A nivel conductual: problemas relacionales (familia, amigos, trabajo, aprendizaje, y de adaptación).

d)  A nivel energético: pérdida de energía por el esfuerzo realizado para poder adaptarse a los cambios estacionales y climáticos por desajuste de sus ritmos internos que conlleva un agotamiento y alteraciones en sus procesos mentales, físicos y conductuales que le imposibilitan adaptarse e interrelacionase con su entorno de una manera equilibrada y saludable.

Es la propia ciencia médica, desde la Psiconeuroinmunologia (PNI), la que ya comienza a reconocer que la enfermedad que no solo se manifiesta con sintomatología física clásica, dolor, fiebre, etc., también con sintomatología mental – las emociones negativas: perdidas, miedos, depresión- o por ambas a la vez; es decir, física y mental, sin olvidar la energía que algunos manifiesta verbalmente: me encuentro “cansado, “agotado” y otras veces, incidiendo en su entorno: “el invierno me pone peor de mis dolores”.

Estos cambios van bajo el DSM-5 de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, y se definen como cambios de humor recurrentes con inicio estacional. Además, según el  estudio publicado en la revista British Journal of Nursing dichos cambios están acompañados de una sensación de falta de energía. En este sentido, algunos psicólogo, caso de Robert Thayer refiriéndose  el estado de ánimo dice que es una relación entre dos variables: energía y tensión. Según esta teoría, el estado de ánimo fluctuaría entre un estado energético: de más energético a más  cansado y referido al grado de nerviosismo, entre más calmado o más tenso, considerándose el mejor un estado calmado-energético y el peor un estado tenso-cansado..

          Según lo reseñado, se tendría que tener en cuenta el aspecto energético a nivel individual y a nivel ambiental, pues es, como ya se ha indicado  es el factor fundamental y común de ambos y que hace posible la interrelación entre uno y otro. 

A tal respecto, es la ciencia la que indica: sin energía no hay vida, ni actividad, ni es posible llevar a cabo el ritmo, el ciclo, la interrelación, el esfuerzo, el trabajo y menos la conducta saludable para la adaptación al medio ambiente. Por todo ello, se llega a la conclusión siguiente: Si queremos estudiar y analizar los cambios que se dan en el ser humano, producidos por los cambios en el medio ambiente en que vive, tales como son los estacionales, climatológicos, lo hemos de hacer desde un aspecto global u holístico, pero no solo desde los síntomas que a nivel físico presenta el ser humano como ser vivo y como persona sino también teniendo en cuenta el entorno en que se encuentra viviendo.

·  Medioambientales. El ser humano nace y crece en un mundo formado por el cielo y la tierra –Universo o Cosmos-, del que forma parte; luego, es lógico pensar que cualquier alteración que se dé en ese entorno será de tipo de energía manifestada en diversidad de formas, sonora, luminosa, térmica, química, electromagnética, cósmica, terrestre, rítmica o cíclica, etc. y le afectará. De conformidad con ello, se detallan que cambios ocurren en el medioambiental, para que la energía varíe y nos afecte a nivel de salud.    

Como ya se indico anteriormente, en diversas épocas ya  eran relacionados.

Son muchas personas las que, cuando llega el otoño –primer paso para el período invernal siguen tristes y, ocasiones con gran desánimo, llegando sus los síntomas a nivel patológico, son los conocidos como “sensibles a estos cambios climáticos” que en la actualidad la Organización Mundial de la Salud (OMS) los enmarca como “afectados por la sensibilidad química múltiple –SQM- o la hipersensibilidad a los campos electromagnéticos –EHS-”, para los que existe un tratamiento médico convencional. Los especialistas comienzan a hablar de Trastorno Afectivo Estacional (TAE). En este sentido, el Prof. D. Antonio Bulbena, desde 2014 es el director del Departamento de Psiquiatría y Medicina Legal de la Universitat Autònoma de Barcelona. responsable del programa de doctorado del mismo departamento, dijo: “las estaciones, la meteorología y la luz inciden sobre la salud humana, especialmente la mental”.

Según datos facilitados por el Observatorio Astronómico Nacional (OAN), los cambios  que ocurren en el medioambiental  son los siguientes:

·     El otoño llega el miércoles 22 de septiembre y finalizará el 21 de diciembre, por tanto, la estación durará 89 días y 20 horas

·     El otoño de 2021 estará marcado algunos cambios astronómicos:

-      La primera luna llena del otoño se verá el 20 de octubre, mientras que las siguientes se producirán 29 o 30 días después: una el 19 de noviembre y otra el 19 de diciembre

-      Eclipses:

Ø Parcial de Luna (visible en España) el 19 de noviembre se producirá visible en el oeste de Europa y África, América, el Pacífico, Oceanía y Asia; las primeras fases de dicho eclipse también serán visibles desde España, poco antes de que comience a amanecer.

Ø Total de Sol, arrancará al amanecer del 4 de diciembre en un punto del océano Atlántico -al este de las islas Malvinas (Reino Unido)- para terminar a las 8:06 minutos en el océano Antártico frente a la Barrera de hielos Gezt (Antártida), con una duración total del fenómeno de 66 minutos.

Ø  A lo largo de toda la estación otoñal serán visibles al anochecer los planetas Mercurio y Marte al amanecer y Venus, Júpiter y Saturno al anochecer. Mercurio visible en octubre y noviembre, mientras que Marte se observará a partir del mes de noviembre.

Ø La primera lluvia de meteoros importante del otoño, las dracónidas, alcanzará su máximo hacia el 8 de octubre, las leónidas, hacia el 17 de noviembre -ocasionalmente también pueden llegar a ser muy intensas- y las gemínidas, la más potente del otoño, tendrá su mayor esplendor alrededor del 14 de diciembre.

Ø Otro tema a tener en cuenta es el cambio de hora que se producirá el último domingo de octubre, cuando a las 3 de la madrugada -hora peninsular- el reloj se retrase una hora para retomar el horario invernal.  Pero, como todo es un proceso natural y está envuelto en un matiz energético, tenemos que saber controlarlo para que podamos pasarlo con energía y en un estado de mejor salud y bienestar, digamos pues: “Al mal tiempo buena cara”, pero no solo con eso basta, hay que tener en cuenta los siguientes consejos para proteger nuestro sistema inmunitario, en este período de adaptación puede debilitarse y, para fortalecerlo y proteger al organismo de infecciones, hay que seguirlos; detallamos algunos de ellos que podemos llevar a cabo por cada uno de nosotros y son:

·     No desatender la protección solar. Los rayos de sol pueden quemar la piel durante esta época del año.

·   Evitar cambios bruscos de temperatura. Los extremos de temperatura son perjudiciales en esta época del año.

·   Mantener y reforzar los hábitos de higiene.  En invierno, los virus que causan los resfríos y la gripe circulan con mayor frecuencia y la tasa de contagio aumenta por el hecho de estar en ambientes cerrados y mal ventilados.

·  Dormir bien en los cambios de temporada es tan importante como te imaginas. Robarle horas al sueño y descansar menos de lo necesario afecta negativamente al funcionamiento de la mente, cuerpo y conducta. Por eso, tienes que ser consciente que lograrlo depende de ti.

·     Adapta tu vestuario En las estaciones de transición como son la primavera y el otoño es más complicado acertar a la hora de elegir la ropa del día a día. Esto se debe a la inestabilidad y constante variación de las temperaturas. Por eso se recomienda vestir por capas -técnica “cebolla”- para poder quitar o poner ropa según esas oscilaciones y  poder mantenerse secos y calientes. Hay que cuidar los puntos débiles al frio, por ejemplo, la garganta, que es conveniente protegerla con un pañuelo en las primeras horas del día. También hay que tener en cuenta el calzado a utilizar calzado cerrado en esta época. 

·     Dieta equilibrada. La llegada del otoño supone un nuevo cambio de hora y esa característica inestabilidad climatológica marcada por la lluvia, el viento y la bajada progresiva de las temperaturas. En esta época apetece disfrutar de comidas de cuchara calientes y reconfortantes que contribuyen a fortalecer al organismo para afrontar todos esos cambios; caso de Sopa o legumbres acompañadas de verduras y una buena ración de proteínas  y  te van a ayudar a afrontar el resto de la jornada con otro talante.

En otoño disponemos de muchos alimentos que aportan gran variedad de nutrientes: Las setas, las legumbres, los frutos secos -castaña o la nuez-  y la frutas, las más populares del otoño destaca la manzana junto con la calabaza, inevitablemente asociada a Halloween, el caqui, la chirimoya, la pera, la naranja, la mandarina, la frambuesa, la granada y las uvas; asi, las vitaminas y minerales de las frutas son asimilados.

·  Actividad física. La  práctica de una actividad física, andar, natación, tiene que ser moderada y bajo tu control claves para mejorar tu circulación y aliviar el estrés. Cuando hagas ejercicio al aire libre también deberás lleva una prenda para evitar enfriarte al finalizar la actividad.

·  Cuidar el estado de ánimo. Los meses de frío representan para muchos tiempos de tristeza, de depresión, -algunas personas son diagnosticadas con el denominado TAE- por eso, es importante mantener una actitud y una disposición mental positiva.

·     Cambio de hora. Uno de los hitos que marca el otoño, y ante el que muchos comienzan a temblar al pensar en él, es el cambio de hora que tiene lugar el último domingo de octubre. exactamente a las 3 a.m., tendremos que retrasar nuestros relojes “mecánicos” una hora hasta que sean las 2 a.m.

          Son muchas las personas que notan sus efectos - Decaimiento, fatiga, apatía, falta de apetito, problemas de concentración e irritabilidad pueden ser algunas-, aunque puede variar la intensidad con que cada una lo percibe. Aceptar estas sensaciones, en vez de intentar luchar en vano, hará que el propio cuerpo se regule ante ellas; pero de no notar mejoría en unos días, consulta a tu médico. Él será el responsable de valorar tu estado general y prescribirte algún fármaco.

         Con el deseo que lo leas y te sea de ayuda para que puedas vivir el otoño con alegría, salud y bienestar, lo he escrito.

 

 

 

 

 


sábado, 28 de agosto de 2021

LA CRISIS EMOCIONAL: CÓMO SUPERARLA


 Parte primera: Planteamiento del tema.


       Un Ser Humano, una Persona que atraviesa por un estado de crisis, se encuentra en una etapa en el que,  la emoción negativa percibida y sentida, le impide continuar con normalidad el curso de su vida diaria en el entorno familiar, laboral y social en que vive.
Persona "agotada"

        No importa qué tipo de crisis sea, lo que es que el evento que la produce tiene una carga emocional negativa que le implica, un cambio radical en su actividad diaria; en algunas circunstancias, sino se supera adecuadamente, conlleva el riesgo de padecer disfunciones mentales, físicas  y conductuales que afectan muy negativamente no solo a su salud, sino también a la salud de los demás personas con los que conviva, en los niveles anteriormente referenciados; es  por ello, que la crisis tiene un matiz global u holístico y su estudio, análisis y tratamiento nos lleva a contemplar la crisis bajo un paradigma “biopsicosocial” y no solo el “biológico” como se está utilizando para  valorar  y tratar a la persona que presenta alteraciones en el cuerpo que le han obligado a ir al médico, pero que, con frecuencia, tienen su origen en su mente, por esa vivencia emocio- nal negativa del evento al que se enfrenta en sus interrelaciones en su entorno, a los niveles indicados, pero que, en la mayoría de los casos, no se le da importancia.

         Por lo expuesto, hay que utilizar un nuevo paradigma “biopsicosocial” que integra los factores físicos, emocionales, sociales y que se ven reflejados, por tanto, en su proceso salud/enfermedad a nivel individual y social; más en concordancia con la definición de salud dada por la Organización Mundial de la salud (OMS) en 1948: “ Un estado de completo bienestar físico, mental y social y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”.  

        Mientras tanto, lo mejor que podemos hacer, es comprender que no estamos preparados para vivir situaciones de crisis, pues en ningún momento se nos ha enseñado  a gestionar las emociones; luego, nuestro aprendizaje ha sido un mal aprendizaje, incluso para nuestra salud global. Esto implica, que ha sido deficiente o no ha existido por los resultados obtenidos tan negativos pues nos ha hecho dependientes en el sentido de:

·  Creer que nosotros no somos responsables de nuestra salud, son los profesionales de la salud, según el paradigma “biológico”, vigente en esta área.  

·  Luego, sino somos los responsables, por qué tenemos que cuidarla; no obstante nos preocupamos de nuestra salud cuando la perdemos.

·  Hemos pasado a ser la parte pasiva en nuestro proceso de salud/enfermedad. Desde luego, si fuésemos la parte activa, por lo menos hubiésemos escuchado y practicando hábitos saludables, con lo que se estaría dando un paso importante para cuidar nuestra salud a lo largo de nuestra vida. En este sentido, recordemos aquello que dice: “Mas vale prevenir que curar” o “mente sana en cuerpo sano”

·  En la mayoría de los casos, tampoco se resalta que:

-        Las emociones están directamente relacionadas a nuestra supervivencia, por lo que son parte imprescindible de nuestra vida. Pero que si son positivas nos ayudan a adaptarnos a nuestro entorno de una manera positiva y saludable; mientras que si son negativas ocurre todo lo contrario.  Queda claro, que afectan a nuestra y bienestar de una manera positiva o negativa, respectivamente.

-   La energía es tomada como un principio evidente de por sí, propio de la naturaleza existe; al referirnos a  la persona como ser humano vivo, es un “ser energético”, pues el elemento fundamental, por tanto, de su propia naturaleza, “energía vital”. Recordemos que ya en la época Griega, el médico Hipócrates (400 a. C, isla de Cos), reconocido como padre de la medicina, la “energía vital” la identificaba con “pneuma” (palabra griega que inicialmente significa "aliento de vida", "respiración", "espíritu", "alma", “psique”, algo inmaterial, para diferenciarla de lo material o "cuerpo" ( “soma” en griego), e intuía que era el enlace entre cuerpo y la mente-, lo que es de extraordinaria importancia para el conocimiento del ser humano, de su vida, y de su proceso salud/enfermedad. En la actualidad, dentro de la ciencia médica, a través del movimiento psicosomático, en la actualidad psiconeuroinmunología, se considera al ser humano, como una unidad, un ser vivo, configurada por dos abstracciones, la mente y el cuerpo, en íntima relación y armonía, lo que demuestra que los procesos mentales influyen, positiva o negativamente sobre los procesos del cuerpo y a la inversa. Recordar, a este respecto que la materia es energía con forma y que ambos conceptos energía y materia son dos perspectivas de de contemplar la naturaleza, en nuestro caso del Ser Humano, la Persona; es decir, cuando es visible materia con forma y figura (eje. El cuerpo humano) y cuando no es visible, es inmaterial , sin forma (eje. La mente-Psiqui- humana).

-        Además, está configurado por dos abstracciones: La mente (Psiqui) y el cuerpo (soma), cada una de las cuales conllevan realización de ciertos procesos, que necesitan energía, así como cuando tiene que realizar una conducta y actividad que requiere, esfuerzo y, por tanto, gasto de energía.

-      Por el contrario lo que si  se ha resaltado, ha sido a estar pendientes de las noticias, que, desde hace bastante tiempo, aparecen a diario en los medios de comunicación de masas  -prensa, televisión, radio, e internet –páginas web especializadas- que tienen como protagonista a la situación de crisis que vivimos por pandemia viral Covid-19, tanto a nivel individual como colectivo. Ello, nos ha llevado a sentirnos afectados, en mayor o menor medida, por sus consecuencias tan negativas, sobre nuestra salud y calidad de vida, a nivel individual y social, que ha llevado a muchas personas que estén sufriendo una crisis emocional.

-      Por ello, sería de gran ayuda facilitar, las estrategias necesarias con las superar la crisis emocional para que las personas que la sufren puedan, en el menor tiempo posible, de una manera sencilla, natural ayudarse a superarla. Ahora bien, para lograrlo, lo primero que se debe hacer es facilitar la información necesaria sobre los contenidos de dichas estrategias, en un lenguaje claro y sencillo, para que se puedan llevar a la práctica, sin dificultad. Pero, para que eso sea posible, es necesario dar a conocer conceptos que  nos harán reflexionar sobre este tema tan complejo, que se recoge bajo el concepto “crisis emocional”. Dichos conceptos son:

·  A qué llamamos crisis. Es frecuente asociar la idea de crisis con dificultad, riesgo y peligro...En este sentido, el concepto de crisis  aplicado al Ser Humano, a la Persona, tiene el significado emocional negativo, pues en un momento concreto de su vida, se tiene que enfrentar, de manera impostergable, una situación de conflicto de diversa etiología (muerte de un ser querido, separación de la pareja, pérdida del empleo, no superar una prueba de examen, de oposición, competición física; así como violencia física o psíquica, o, por el contrario, nacimiento de un hijo, ser agraciado con un premio extraordinario de lotería o de estar viviendo los efectos negativos que a todos los niveles esta produciendo la pandemia producida por el covid-19, como ocurre en la actualidad, etc.), que le va afectar emocionalmente de una manera muy negativa.

·  A qué llamamos crisis emocional. A un estado temporal en el que nos vemos desbordados a nivel mental a la hora de afrontar una situación de crisis.  

·  La crisis emocional cuándo se produce. La crisis emocional se produce cuando percibimos que las estrategias mentales que utilizamos para afrontarla no son suficientes, por lo que experimentamos insatisfacción y no somos capaces de adaptarnos adecuadamente a la situación que vivimos. Sin embargo, es necesario destacar que no todas las personas  afrontan la crisis de la misma manera, hay diferencias individuales. Una persona es más propensa a sufrir una crisis emocional cuando tiene déficit de ciertas habilidades mentales para afrontarla y, por tanto, tampoco lo hará con el mismo éxito.

·  Al utilizar paradigma “biopsicosocial” podemos distinguir dos grupos de factores: los  bio o físicos, psico o mentales y sociales o externos que intervienen en esa peculiar interrelación entre la persona y la sociedad en que vive que le lleva al malestar. Dichos factores son:

a) Factores internos. Son los que cada uno tiene y de los que van a dependen la conducta adaptativa a las exigencias externas del entorno. En este sentido, existe la variable de cada persona para que, a nivel mental, pueda sentir e interpretar la vivencia emocional del evento para responder dando una respuesta adecuada. Así, mientras unas personas son optimistas y se sienten “esperanzados”, conseguirán hacer frente y conseguir el éxito; otras personas pesimistas, por el contrario, están “desesperanzados” y en esta circunstancia, no pueden dar la respuesta adecuada, a dichas exigencias, y  se ven obligados  ha realizar, para conseguirlo, un sobreesfuerzo, que en muchas ocasiones les hace sentirse “agotados”, expresando, “me siento sin fuerzas ni energía para seguir”.

b) Factores externos. Son los factores que comprenden las circunstancias y acontecimientos del entorno que exigen un esfuerzo inhabitual del organismo para adaptarse a ellos.

Ahora bien, con lo expuesto, en este apartado, es necesario destacar que cuando hablamos de “esfuerzo inhabitual” es un “sobresfuerzo” que para poderlo ejecutar, se necesita que la Persona que lo realiza, esté vivo, con vigor y tenga la “energía necesaria”. No obstante, y por la razón que fuese, no es destacado con claridad, en todos y cada uno de documentos consultados sobre el tema que da título a este documento. Más aún ni aparece que la “energía”,  es el elemento fundamental en la naturaleza humana sin el cual no puede vivir, ni se pueden realizar ningún proceso mental, físico y conductual, ni llevar a cabo actividad y esfuerzo, pero, en el caso que se la tenga no es la suficiente para comunicarse con los demás, con su entorno y menos de hacer esfuerzo alguno, para enfrentarse a la crisis y superar su efectos negativos, lo más saludablemente posible.

Todo lo reseñado hasta ahora, nos llevaría a preguntarnos ¿Pero que relación hay entre la “energía”, la crisis emocional y como superarla? Parte de la respuesta comienza con lo que se ha apuntado anteriormente y lo vamos a seguir retomando el apartado a) de la parte primera: “… Así, mientras unas personas que son optimista y se sienten “esperanzados”, conseguirán hacer frente a la crisis y conseguir el éxito; otras personas, por el contrario, son pesimista y están “desesperanzados” y en esta circunstancia, no pueden dar la respuesta adecuada, a dichas exigencias, lo que les obliga ha realizar, un sobreesfuerzo, que en muchas ocasiones les hace sentirse “agotados”, expresando, “me siento sin fuerzas ni energía para seguir”.

La palabra “agotado” para entenderla mejor, pongo un ejemplo: Una persona se monta en su coche y al ponerlo en marcha, percibe que no arranca, entonces llama a un amigo suyo, especialista mecánico en electricidad del automóvil, y se lo comenta el especialista dice que llegara en 15 minutos, espera, cuando llega se monta en el coche y comprueba en el indicador que efectivamente que “el coche no arranca” y en principio por que la batería no tiene carga, abre  la parte del motor y comprueba que hay un fallo en sistema de carga de la batería;  y mide la energía de la batería y tiene un nivel bajo de carga no suficiente para  arrancar y poner el motor en marcha” y que se lo tiene que llevar al taller.  Pues algo parecido se puede decir de la persona cuando comenta “me siento sin fuerzas ni energía para seguir”; es decir, tiene energía, pero no  las suficientes para seguir; pero además, de este comentario, su vivencia emocional de “desesperanza”, de sentirse en una situación de “malestar general”; es decir, enfermo.

 Desde luego, ha sido tal el esfuerzo realizado mental (vivencia emocional) y corporal (conducta adaptativa) para hacer frente a la situación de crisis en que se encuentra, no solo le ha causado el “agotamiento” físico, también el “agotamiento mental”. Al respecto, desde el conocimiento científico, es necesario traer a colación que el “agotamiento” está recogido como fase tercera del Sindrome General de Adaptación, descrito ya en el año 1936 por el Dr. Hans Seley. Además, dentro de la ciencia médica, a través del movimiento psicosomático, en la actualidad psiconeuroinmunología, se considera al ser humano, como una unidad, un ser vivo, configurada por dos abstracciones, la mente y el cuerpo, en íntima relación y armonía gracias a la “energía vital” que la configura más en concordancia con el paradigma biopsicosocial y con la definición de salud dada por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

     Con lo anteriormente expuesto, se resalta la importancia que tiene, a lo largo de nuestra formación académica, la Asignatura Educación para la Salud,  que, por desgracia, creo yo, no se la ha dado y no se la está dando, yo no conozco la causa, lo único que puedo decir, que nos hubiese ayudado a aprender estrategias para gestionar nuestras emociones de un forma positiva y eficaz con las que aprender y practicar hábitos saludables; es decir, como cuidar nuestra salud y el valor que tiene de conservarla no solo desde una perspectiva individual, también a nivel colectivo y social; es decir, de esta manera hubiésemos aprendido que somos la parte activa, no pasiva en nuestro proceso de salud/enfermedad y así, poder vivir todos, tanto, a nivel individual y social de una manera más saludable.

          Antes de terminar esta primera parte, es necesario recordar: Nadie es inmune a vivir y sentir una crisis emocional por acontecimientos altamente estresantes.

      Podemos mejorar, estando mejor preparados emocionalmente para afrontarla aprendiendo estrategias mentales –que se relacionan en la segunda parte de este documento- y, así, por lo menos, reducir el impacto negativo que conlleva en nuestra salud, en nuestras relaciones interpersonales y adaptación a nuestro entorno familiar, educativo, laboral y social.

 Parte segunda: Estrategias.

          Ya creo que podemos, con los datos que ya conocemos, que nos facilitará el aprendizaje y práctica de las estrategias mentales, para superar la crisis emocional. Citaremos las que, a nivel individual, parecen ser las más eficaces, fáciles de aprender y practicar de la manera más sencilla y natural. Antes de citarlas, solo me queda decirte, a ti, apreciado lector, dos cosas muy importantes para conseguir el éxito: una que desde ahora todo depende de que te sientas motivado para aprenderlas y llevarlas a la práctica. Otra, un consejo. si otros que lo han practicando lo han logrado ¿Por qué tú no lo vas ha lograr?

 Estrategias que te pueden ayudar a centrar tu energía en lo que tú puedes hacer son las siguientes:

·       Enfoca tu energía y genera una rutina prestando atención a lo que sí puedes hacer.

·       Elaborar un horario con lo que quieras hacer cada día y tratar de mantenerlo

·       La relajación junto con la respiración facilitará que te concentres y dirijas tu atención a lo esencial.

·       Identifica tus emociones e intenta no alimentarlas ni dejarte llevar por ellas.

·       Mantén tus rutinas de higiene, alimentación y sueño.

·       Intenta añadir momentos de actividad física.

·       Añadir a la rutina momentos de ocio y fomenta tu creatividad.

·      Evita la sobreexposición a la información sobre el evento que te ha producido la crisis emocional

·       Ayuda a los que te rodean y lo necesiten. En este sentido, es grato recordar que “cuando tú ayudas, sientes que te ayudas” 

·       Ayúdate tú, pidiendo ayuda si la necesitas.

·       Mantén el contacto social, con amigos y familiares a través del teléfono fijo o móvil.

Esperando te hayan sido de utilidad para que te sientas mejor y/o si deseas ampliar algún contenido de los expuestos, deja un comentario y el tema que deseas aclarar. No lo dudes que en breve, recibirás contestación.

 


martes, 29 de diciembre de 2020

EL PROXIMO AÑO 2021 ¿QUÉ NOS DEPARARÁ?

INTRODUCCIÓN.

          Me atrevo a escribir sobre el tema propuesto, aún sabiendo que es bastante difícil poder responder a la pregunta formulada, debido a que está influenciada por múltiples factores, tanto personales como sociales y ambientales. Además, de alguna manera, también por la experiencia tan negativa vivida durante este año 2020, por cierto “año bisiesto”, que estamos a punto de abandonar.

          Me vaís a perdonar, si utilizo un lenguaje sencillo para poder expresarme y explicar, como ya se ha indicado, algo tan difícil de hacer, más aún si lo hago desde la perspectiva energética, pues, supone la única forma de poderlo llevar a cabo, de una manera global u holística. Aunque para muchos de los lectores les va a sonar un poco raro, porque piensan que es un tema con el que no están familiarizado, pero eso no es cierto, lo vamos a comprobar, debido a que el eje de la exposición es sencillamente la energía.  Todos hemos leído, oído y comentando sobre las maneras en que se manifiesta la energía, y como se emplea en nuestro vivir diario. Si lo hago desde esa perspectiva, sencillamente, es porque la energía es un elemento fundamental en la creación de la naturaleza de todo lo que existe, desde el Universo o Cosmos (Cosmos es un término latino que procede de un vocablo griego y que se utiliza para nombrar al conjunto de todas las cosas creadas –en adelante se utilizará el término Universo, por ser el más utilizado en la actualidad-) hasta el Ser Humano, y en la manera de interrelacionarse entre si y los efectos que conlleva.

 

EXPOSICIÓN

          Una vez, referenciado lo anterior, creo que es el momento de  comenzar a tratar el tema, y lo hago, por tanto, desde la energía y dentro del conocimiento que nos aporta el modelo cosmológico, que recoge la gran explosión o “Big Bang” origen del Universo como la explicación más aceptada en la actualidad científica, y que refleja que la energía es el elemento fundamental de nuestra naturaleza y del Universo en que vivimos.   

          Desde luego, los modelos cosmológicos son algo propio a la cultura humana, sirviendo para que podamos explicar el origen de las cosas y sacar de ella las conclusiones respecto al elemento fundamental en la constitución, existencia y procesos de la naturaleza del Universo y del propio ser humano. No obstante, lo detallado, nos lleva a pensar lo que refleja; lo cierto es que todo se inicio de una manera, que la mente humana, en su proceso, solo, parece ser, ha sabido expresarlo de la manera  anteriormente descrita y que ha sido aceptada dentro del conocimiento científico; pero, aunque así sea, lo que no se ha destacado con mayor detalle, aún siendo un factor muy importante a tener en cuenta en el proceso salud/enfermedad y en el bienestar del Ser Humano. Por eso, creo que debo, para mejor entender el tema, retomar ciertos conceptos y exponerlos a continuación:

·   La energía es el elemento fundamental constitutivo de la naturaleza del Ser Humano y del Universo y reconocer los nexos sutiles de energía existentes entre el Ser Humano y el Universo o viceversa, pues desde entonces estamos más unidos y entremezclados. En este sentido, el Ser Humano se le ha considerado como reflejo y resumen del Universo o Macrocosmos; es decir, se habla del hombre como un Microcosmos dentro del gran Macrocosmos del Universo y más tarde, el gran científico y pensador Carl Sagan (1934-1996) expresa; “Somos polvo de estrellas”.

 La energía, según el conocimiento científico

-  No desaparece, solo se transforma.

-    Sin energía no hay vida.

- Como la interrelación energética Universo/Ser Humano afecta positiva o negativamente a la vida, salud y bienestar del Ser Humano y cuál es su proceso. En este sentido, se reseña que ya desde la antigüedad y hasta la actualidad conocemos tragedias ocurridas cuando se pierde el equilibrio en esos nexos sutiles de unión del Universo y el Ser Humano y los estragos causados por esa perdida en el Ser Humano. Pero, con relación y en concreto con la vida, salud y bienestar del Ser Humano, lo que aparece recogido es muy poco y, poco a poco, casi quedado en el olvido, aún siendo, por su origen el elemento más importante pues sin él no habría vida, ni se hubiese formado el Universo.

          Más en concreto, interesa mostrar lo importante que es, no solo para la vida, sino también para su salud y bienestar, en la manera que el Ser Humano, tiene de vivir en la sociedad actual. En este sentido, la realidad que nos muestran los hechos  indica que tenemos que realizar un gran esfuerzo, desde que se levanta por la mañana de la cama hasta que vuelve a ella por la noche, para enfrentarse a los conflictos y tensiones que conlleva el desarrollo de su actividad diaria. Así, en la mayoría de las ocasiones hemos dicho o hemos oído decir a otros: “Me encuentro sin fuerzas ni energías para continuar la tarea”, otras veces “Me encuentro cansado, agotado, como no se me pase tendré que ir al médico”. En otras ocasiones se conoce el caso de una persona que se encuentra en “estado de Shock”. Con estos sencillos ejemplos, se pretende demostrar que el Ser Humano es un “Ser Energético” por su propia naturaleza y que utiliza la energía, en sus propios procesos tanto mentales como físicos y relacionales; es decir, si esta vivo tiene energía en un nivel “vital”, pero si además, puede relacionarse su nivel de energía se encuentra en nivel de “energía potencial”, pero cuando la va gastando, por esfuerzo realizado a nivel mental – esfuerzo pare resolver los conflictos, tensiones o preocupaciones- y físico –esfuerzo, como fuerza física”-llega a sentirse agotado, sin fuerzas ni energías para continuar, se encuentra, en un estado de malestar y es cuando dice de ir al médico. Por lo manifestado, queda claro, que el nivel de energía sería un síntoma para diagnosticar si el Ser Humano está Sano o Enfermo.

          No obstante, aún debemos relacionar la energía con su bienestar pues el Ser Humano como persona vive y se interrelaciona en un medio físico y social, la mayoría de las veces conflictivas y que soporta a diario en el desarrollo de su actividad diaria a nivel familiar, educativo, laboral y social.  

          En concreto, como experiencia vivida durante este año bisiesto año 2020 que está punto de terminar, se puede decir que ha sido bastante negativa y hay conocer la causa que lo ha motivado. A tal efecto y para mejor entenderla, lo plasmo bajo mi punto de vista y de una forma compresible para que los participantes en la lectura de este documento, puedan compartirlo y si lo creen oportuno manifestar su opinión que lo va a enriquecer para su mejor comprensión.

           Al hacerlo, sigo el consejo de una buena amiga que me pidió la contara a mitad del mes de diciembre de año pasado 2019 lo que yo opinaba sobre lo que nos aportaría el 2020.  La comente, lo siguiente:

·     El 2020 es un “año bisiesto”. El término bisiesto, significa dos veces seis, parece ser que se refiere al número 66, que se toma de las dos últimas cifras del número 366 que son los días que corresponden al año bisiesto. Un año bisiesto es un año que contiene un día extra; tiene 366 días en lugar de los 365 normales. El día extra se lo aumenta en Febrero que tiene 29 días en lugar de los 28 días normales. Los años bisiestos ocurren cada 4 años. Excepto que cada 100 años se aplican reglas especiales. Por ejemplo 1900 no fue un año bisiesto, pero el 2000 si lo fue. Actualmente, se consideran bisiestos los años divisibles por 4, excepto los divisibles por 100, salvo que estos últimos sean divisibles por 400.

            En la antigüedad, ya los romanos en la noche miraban a la luna y decían “ante diem sextum calendas”, o sea, “seis días antes de la calenda”. Calenda era el primer día del mes -luna nueva- y era cuando uno tenía que pagar las cuentas. Todo el mundo tenía terror a las calendas, ya que ese día llegaba el cobrador con su librito –calendarium- a cobrar. Recordemos, además, que “calenda”, procede del verbo latino “calare” que significa “gritar” o “llamar”, que era lo que hacían las personas cuando venían a cobrar. Desde aquí, para los estudiosos del tema, comiencen a plantearlo con un matiz más negativo.

Si damos, un gran salto en la historia y nos situamos, en épocas más recientes también hay hechos que le dan ese matiz negativo. Pongamos algunos ejemplos: La creencia popular es la que nos indica que “el año bisiesto es un año siniestro”, y, para demostrarlo, se apoya en los hechos negativos ocurridos en el transcurrir de los años bisiestos. Pongamos algunos ejemplos: 1936 Guerra civil española; 1940 se construye el  campo de exterminio de Auschwith; 1912 hundimiento del Titanic; 1948, asesinato de Ghandi; 1968 muerte de Robert F. Kennedy senador de EEUU y hermano de John F. Kennedy Presidente de EEUU- que también fue asesinado-y en este mismo año muere Martin Luther King pastor y activista americano; 1980 muere John Lenon, La lista podría seguir, pero, por no alargar mas, añado lo actual del presente año 2020 la pandemia a nivel mundial, producida por un virus conocido como covid-19.

En este sentido, cabe preguntarse ¿Es coincidencia de que todos estos hechos  tan dramáticos, se hayan producido en años bisiestos?. Pues parece que si, y por ello a los años bisiestos se les califica “años siniestros”.

          He intentado de alguna manera poder utilizar algún método con lo que llegar a dar una explicación, lo mas lógica posible, para comprender el por qué ocurren estos hechos en los años bisiestos, pero lo cierto que lo más aproximado me lo dan son la Numerología y la Astrología.


·     La Numerología.


Digamos como antecedente para poder situar el tema que fue Pitágoras, el célebre filosofo griego (año 530 a. C.), el que creía que los números del 1 al 9 están asociados a características específicas, que abarcan toda la experiencia de la vida y que el universo debe ser visto como un todo armonioso, donde todo emite un sonido o vibración. 

Según los estudios, recogidos de esta rama interpretativa, se identifican con lo expuesto que los números representan mucho más de lo que expresan por sí mismo y por su orden posicional. En este sentido, y utilizando el protocolo establecido, en concreto que los “números representan mucho más de lo que expresan por si mismo y por su orden posicional” y aplicándolo al año 2020, descubrimos que si sumamos todas sus cifras (2+0+2+0), obtenemos el  4, -observemos en la suma que el cero es un número neutro pues no tiene signo-, el 4 representa  las cuatro estaciones del año; pero, en el recorrido de las cuatro estaciones existen variables vibraciones que por si mismas afectan a la salud y el bienestar del Ser Humano. Pero, si seguimos observando, el cero parece ser una separación entre las mismas; es decir, lo que ocurre en el primer periodo positivo o negativo afectará al siguiente y en su resultado final, sino hay algún otro factor condicionante, como es día añadido 29 que varia la vibraciones en un sentido negativo porque ocurre cada 4 años y si te fijas el 4 coincide con el resultado de la suma 4. De alguna manera todo año está afectado en ese sentido, desde sus comienzos y hasta su final de una manera más agravada, como refleja y podemos comprobar en una gráfica con las etapas de mayor numero de contagiados y muertos por el covid-19, a lo largo del año. Es una triste la coincidencia.


·  La Astrología.  

La palabra, como tal, proviene del griego “στρολογα” (astrología), que significa estudio o ciencia que trata de los astros. En sus inicios, la astrología era incluso considerada una disciplina académica de rango científico. Se basa en una serie de creencias y supersticiones según las cuales, a partir de la interpretación del movimiento de los astros, pueden conocerse y pronosticarse los acontecimientos terrenos, pues estos están vinculados de alguna forma con nuestra realidad. Sin embargo, con los descubrimientos y la evolución de la física y la astronomía, fue siendo relegada a un segundo plano. Por lo que se ha escrito en esta área sobre el año 2020, se ha recogido los siguientes datos:

·     Según recogen los tratados de Astrología, para la Astrología los “años bisiestos” no existen ya que todas las personas nacen cuando el sol está en un determinado grado, minuto y segundo del zodíaco que es la forma de medir el paso del sol u otros planetas, por las constelaciones. Cada signo tiene 30 grados y toda la rueda zodiacal contiene 360 grados.

·     A finales de Diciembre de 2019 Se indicaba por los expertos en astrología, que, por primera vez en 500 años, la conjunción de Plutón y Saturno en Capricornio  que tendrá lugar el 12 de enero de 2020 y posteriormente, unos meses después, en marzo de 2020,  Júpiter se les unirá para formar lo que ya conocemos como triple conjunción, que durará todo el 2020. Las conjunciones Saturno-Plutón son habituales, dándose, aproximadamente cada 33 años lo que supondrá, el inicio de un cambio en lo personal y colectivo. El 14 de diciembre Eclipse solar total. Un eclipse solar total, también, según los expertos en astrología, supone un nuevo comienzo” que permitirá, si no hay alguno factor que lo impida, “ver con claridad aspectos relacionados la política, entendimiento mutuo y relaciones con los medios de comunicación”.

·                 El 21 de Diciembre la Conjunción de Saturno y Júpiter que según los expertos, esta alineación planetaria supondrá un nuevo inicio después de un año repleto de cambios, lo que llevará, de alguna manera a “resolver cuestiones que nos atan a nuestro pasado, y es precisamente el fin de un ciclo astrológico de gran importancia y el inicio de un ciclo nuevo”, pero hay que tener en cuenta que la manera en que acabemos el año condicionará cómo entraremos en ese  nuevo ciclo a nivel global, debido a la variaciones vibracionales por la pérdida del equilibrio en los nexos sutiles energéticos interrelacionados entre el Universo Planetario y el Ser Humano. Desde luego, la epidemia por el virus covid-19 ha complicado a nivel global toda la existencia pero en concreto en España ha agravado aún más las existentes en la economía, política, educación, industria, vida laboral, sanitaria y social. Son ya miles de familias las que se encuentran en el umbral de la pobreza y sus miembros forman largas colas para poder recibir comida y ayuda para poder seguir viviendo y subsistiendo. Además de contar el caos en la asistencia sanitaria producido por la pandemia del covid-19 que ha dejado miles de muertos e infectados y los que ira dejando a lo largo del tiempo que dure. Los que quedamos, nos encontramos que nuestro vivir necesita un control sanitario de prevención, no solo llevar mascarilla, lavarse las manos y mantener una distancia para comunicarnos, más aún aislarnos en casa, y seguir el protocolo de un estado de alarma, todo ello, emocionalmente nos ha afectados mentalmente y en muchos casos vivimos con miedo, desesperanza, ansiedad y depresión resultado como dicen los expertos en conducta de estar viviendo lo que se conoce como “estrés postraumático”. Otros incluso llegan a decir que no se tiene que olvidar que mucha culpa la tiene a nivel general lo que se conoce como “crisis por pérdida de valores”, pues se ha perdido, de alguna manera, el principio de “conciencia social”, de cuidarme yo y cuidar a los demás cumpliendo las normas que se establecen para poder combatir la epidemia. Con todo ello, se ha puesto de actualidad recientemente la aparición de una vacuna. Todos los poderes políticos y sanitarios confían en la vacuna y tienen prisa en comenzar  a vacunar en los días finales del Diciembre; sin embargo los expertos aconsejan, seguir con el protocolo anticontagio, uso de mascarilla, lavarse las manos, distancia entre personas, etc. hasta que se nos diga lo contrario.

Ante el panorama tan negativo expuesto, es positivo iniciar un ciclo nuevo, según nos aconseja la Astrología, para poder resolver la problemática expuesta.

 

EL PRÓXIMO AÑO 2021 ¿QUÉ NOS DEPARARÁ?

En este sentido cabe preguntarnos: el próximo año 2021 ¿qué nos deparará? Será ahora también la Numerología y Astrología la que nos marque los pasos.


·  Numerología.

Al sumar cada uno de los dígitos del 2021 (2+2+0+1) se obtiene 5. Si seguimos el plan que se ha llevado a cabo anteriormente, se observa que el cero ahora esta después de los dos 2 y delante del 1. Por tanto, a diferencia de lo indicado para el 2020, existe mayor vibración para impulsar la acción del cambio, pero luego decae, y es necesario ayudar con el 1, para que se mantenga la vibración de impulso aunque sea con menos capacidad de empuje. En si mismo, la vibración del 5 nos empuja a seguir iniciativas nuevas pero,ojo, también nos obliga a llevarlas a la práctica, es como si tuviésemos que demostrar que somos capaces de iniciar un nuevo comienzo, procurando superar los fracasos del año pasado a nivel global, pero sin prisa, sabiendo lo que hay que hacer para resolver la problemática tan negativa en que nos hemos encontrado a lo largo del año pasado. Ya no vale el conformismo pasivo, hay que aprovechar las buenas vibraciones y con firmeza conseguir la meta establecida. No olvidemos que aún estamos bajo los efectos de la pandemia y no bastará solo con la vacuna para combatir al Covid-19, hay que ir resolviendo la estabilidad económica, laboral, empresarial, educativa, etc.


·  Astrología.

En esta área, solo voy a recoger lo más importante pues de alguna manera parte de lo reflejado por los astros el año pasado está vigente.

          Comienzo por decir que en 2021 con la cuadratura de Saturno y Urano, que se repetirá a lo largo del año, tres veces: febrero, junio y diciembre, representa desde su comienzo una vibración creativa podremos contemplar una “normalidad nueva” lo que implicará muchos cambios si se quiere iniciar esa creatividad, dentro de un estudio en profundidad, una planificación detallada y unas propuestas sensatas y acordes con los principios de justicia e igualdad. Pero, sin olvidar la pandemia que nos invade producida por el virus covid-19 que como un factor negativo va socavando y destruyendo la vida, la salud y el bienestar social, por agravamiento e incremento de los efectos de la crisis económica, laboral y empresarial que ya se tenía.

Debemos, saber aplicar, de una manera prudente y equilibrada, nuestro sentido común, aunque se diga que es el menos común de los sentidos, a la hora de tomar una decisión siguiendo los  ejes marcados y no  aferrándonos a una realidad parcial; por ello, como comentan algunos, debemos tener “los pies bien plantados en la tierra” y no “andar por las nubes”. Debemos de hacerlo desde la dura realidad que hemos dejado atrás …….

Ante este drama social descrito, muy pocas soluciones o no las suficientes se han dado para ponerle remedio, más aún, hay personas que  echan solo la culpa a los efectos de la pandemia, pero yo creo, que la pandemia, lo que ha hecho es agravar más lo que ya existía y que a algunos,  según la situación en que se encuentren nivel personal, familiar y social y en qué circunstancias socio-económicas están, lo están viviendo muy nega- tivamente, luego al tomar cualquier decisión, habrá que pensar en un sentido global u holístico y aplicarlas después como ya se ha apuntado anteriormente con los principios de justicia e igualdad.

 

CONCLUSIÓN

Como resumen de lo descrito hasta aquí, se llegan a la conclusión siguiente que el Nuevo Año 2021: Es el comienzo de plantearse, no solo seguir administrando la vacuna contra el virus covid-19, hay que planificar y dar soluciones que hagan posible resolver la problemática planteada de cris que afecta a todas las áreas, en economía equilibrando los ingresos y gastos en función a mantener todos los servicios, poderes públicos, empresas, autónomos, regular las prestaciones del paro, pensiones, educación, trabajo, familia y sanidad. Es decir, comenzar a levantarse lentamente pero con seguridad de la caída sufrida y ver que se pueden prestar ciertos servicios –educación, trabajo, sanidad, utilizando nuevas tecnologías-; en este sentido recordemos lo que Albert Einstein dijo con relación a su significado, por su importancia en la actualidad: “No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos, lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia, como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis, se supera a sí mismo sin quedar superado para ello”, es necesario tener, según lo recogido, la energía potencial y vibracional suficiente para comenzar la tarea, pues va a durar más de dos años el ver los primeros resultados positivos a nivel global.

Por ello, mi consejo es que todos y cada uno como pueda, tome conciencia de que en estos momentos y posteriores, la ayuda de cada uno es muy necesaria pues a todos nos afecta la situación tan negativa que estamos y seguiremos viviendo, no vale ya desperdiciar la ocasión de compartir la ayuda y asi, llegaremos a comprender el valor que tiene el dicho: “mas vale prevenir que lamentar”.

“Queda demostrado”, por tanto, que hemos llegado hasta aquí gracias a que tenemos la energía en “grado potencial” y además la sabemos aplicar con los método adecuados, desde una perspectiva global u holística en beneficio de uno mismo y de los demás.

Permitirme que aproveche la oportunidad para desear a los lectores de este documento que pasen, dentro de las normas establecidas con respecto al protocolo a seguir anticontagio, Felices Navidades, con salud, bienestar y  esperanza a comenzar  a vivir el próximo Año Nuevo 2021.